EL LAUREL
El cultivo del laurel, un arbusto con múltiples virtudes.
1. El laurel es un arbusto cuyas hojas son un condimento popular en la cocina, pero que también se utiliza por sus propiedades medicinales. Su follaje fragante y siempre verde, delineado por la poda, lo convierte en una planta ornamental original, de la que es interesante tener uno o más ejemplares en el hogar o el jardín. Sin embargo, hay que asegurarse de haber elegido la especie correcta para beneficiarse con sus virtudes, y se deben cumplir ciertas condiciones para su plantación.
Perteneciente a la familia de las lauráceas, el nombre científico del laurel es \”Laurus nobilis\”. Puede recibir muchos otros nombres vulgares, como laurel de los poetas, laurel de Apolo, laurel salsero o lauro, y es originario de la cuenca mediterránea. Se trata de un arbusto cuyo tamaño puede alcanzar los 5 metros, si las condiciones son favorables, con un follaje verde oscuro, denso y persistente, ya que no pierde sus hojas durante la estación fría.
2. Los principales usos del laurel.
Las hojas de laurel son muy perfumadas y se pueden utilizar en la cocina para sopas, guisos y estofados, o mezclarse con otras hierbas para componer un \”bouquet garni\”. También se utilizan como plantas medicinales gracias a sus virtudes diuréticas y de alivio estomacal en infusión, y a su efecto relajante agregadas al agua del baño. De manera coincidente, el aceite esencial de laurel está indicado para el dolor muscular. Además, el laurel puede utilizarse en la decoración de jardines e interiores, ya que su espeso follaje se presta bien a la poda y puede adoptar por ende diferentes formas y diseños.
Es sumamente importante tomar la precaución de no confundir el laurel con especies similares no aptas para consumo humano, particularmente la adelfa, extremadamente tóxica. Para asegurarse de cultivar la especie correcta, lo mejor es buscar los consejos de un experto: un jardinero, un horticultor, un viverista, un botánico, un florista o cualquier otro experto en la materia, que también podrá ayudarle a buscar y conseguir el equipamiento necesario para la plantación.
3. La plantación del laurel.
El laurel puede plantarse en diversos momentos, siempre fuera del período de heladas, ya sea en primavera o en otoño, en un lugar soleado y protegido del viento. Su propagación puede realizarse por siembra, estaquillado o acodadura. Para la siembra hay que estratificar las semillas durante el invierno y sembrarlas luego en primavera. Las semillas son los granos que se encuentran al interior de las drupas negro del arbusto, y los esquejes deben plantarse en el mes de septiembre. Las plantas jóvenes o plántulas, por su lado, deben ser plantadas durante los meses de marzo y abril. El laurel también puede ser plantado directamente en la tierra, siempre que la temperatura exterior no baje a menos de -5°C. En condiciones más duras es mejor plantarlo en una bandeja para que pueda ser llevado a interiores en el invierno y llevado de nuevo al jardín en mayo.
En materia de suelos, no se trata de una especie muy exigente, siempre y cuando esté bien drenado. Para la plantación en bandeja, alcanza con utilizar tierra del jardín, que se mezclará con mantillo y arena. También es conveniente colocar primero una capa de grava de entre 5 y 10 cm de profundidad. Para plantar el laurel en el jardín hay que cavar un agujero más o menos cúbico de unos 80 cm por lado, y luego llenar un cuarto del hoyo con tierra mezclada con fertilizante, abono orgánico, estiércol o compost.
Por otro lado, la preparación de la mata con cepellón es la misma: hay que sumergirla en un recipiente con agua hasta que no haya más burbujas de aire antes de colocarla en el hoyo de plantación o la bandeja. A continuación hay que llenar el hoyo o la bandeja con la mezcla de tierra explicada más arriba, apisonar y regar de manera abundante. Para el jardín, se recomienda colocar un rodrigón a una distancia de 1,5 metros de la planta si ésta tiene más de 1 metro de altura, con el fin de mantenerla recta, por lo menos durante un año. También conviene colocar un pajote o mulch para mantener la humedad del suelo y evitar el crecimiento de malas hierbas.
La poda debe realizarse dos veces al año, entre noviembre y marzo primero y al final de junio después.
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